Nacido en el Puerto de Santa María (Cádiz), en 1954. Tras licenciarse en la Universidad de Cádiz, cursó la especialidad en el Hospital Ramón y Cajal de Madrid. Actualmente es jefe de Cirugía Torácica y responsable del Grupo de Trasplante Pulmonar en el Hospital Reina Sofía, además de profesor asociado en la Facultad de Medicina de Córdoba. Entre otras distinciones, le fue concedido el Premio Averroes Ciudad de Córdoba en 2008.

- ¿Cómo ha evolucionado el sistema sanitario en Andalucía desde que llegó al Reina Sofía en 1984?

- Yo creo que la evolución ha sido netamente positiva. El sistema público andaluz, probablemente esté entre los dos o tres primeros sistemas públicos del país, no sólo en cuanto a prestaciones, sino por la visión global de cómo debe ser la sanidad pública. De hecho, yo diría que está, en cuanto a proyectos ya consumados y a retos en vanguardia a nivel mundial.

- ¿Qué es lo que más valora de este sistema de salud?

- Sobretodo el personal, que a pesar de múltiples problemas sigue motivado, está muy bien preparado y que, de alguna manera, tiene como proyecto vital servir a la sanidad pública, al menos en un alto porcentaje, y a mí eso me parece particularmente importante. Si uno visita otras comunidades, otros hospitales... no se ve, al menos fácilmente, esta sensación. Es difícil encontrar un tejido tan denso y tan bien coordinado, no ya en otros hospitales, sino en otros sectores, tal vez porque el paciente es un foco común, es un congénere que está sufriendo y, de alguna manera, todos nos identificamos y nos solidarizamos con él. Esto se vive en el sistema andaluz de una manera clara y creo que en el Hospital Reina Sofía con especial intensidad. 

- ¿Qué podríamos aprender de otros sistemas sanitarios diferentes?

- En mi opinión, lo que más llama la atención de algunos sistemas no sanitarios es la flexibilidad. Todos los sistemas que llevan un cierto tiempo adolecen de rigidez. Por ejemplo en lo que respecta a contrataciones, papel de los sindicatos... en cuanto a determinadas decisiones, que quizá ahora ya se ven algo trasnochadas. 

- ¿Desde que se inició el servicio de trasplante pulmonar en 1993, y después de superar más de 300 trasplantes y convertir a Córdoba en referente a nivel nacional, cuáles van a ser sus siguientes retos en los próximos años?

- Aún hay mucho margen de mejora, tanto desde el punto de vista clínico como desde el punto de vista de la investigación. Siempre hay que estar muy atentos a todo lo que pueda ir surgiendo, tanto por parte de la demanda de los propios pacientes como por las nuevas posibilidades surgidas de la ciencia médica. 

- Como investigador ha trabajado muy duro para conseguir reducir la posibilidad de rechazo tras un trasplante ¿qué se ha conseguido actualmente y qué margen de mejora queda?

- Un problema fundamental en el trasplante de pulmón es la preservación del órgano. Es decir, preservar su morfología y su función desde que se extrae del donante hasta que se implanta en el receptor. En ese tiempo no está recibiendo sangre, por lo tanto ni oxígeno ni nutrientes, y no se están eliminando los productos de desecho. En eso hemos avanzado, sin lugar a dudas, y hemos disminuido aquello que es el fallo primario en el injerto (el hecho de que el órgano que se implanta no funcione suficientemente bien y tenga mayor índice de rechazo, tanto agudo como a la larga crónico. También otro problema fundamental en esta operación es el rechazo crónico como tal.

- ¿Qué es el rechazo crónico?

- Es una situación que se va dando progresivamente a partir de un determinado tiempo, y en determinados pacientes, por el cuál el órgano se va deteriorando progresivamente hasta quedar inservible. Ese es un problema que no está resuelto y que es materia de investigación por muchos grupos en todo el mundo, y en el que nosotros también estamos investigando.

- ¿Qué margen de mejora hay con respecto a este problema?

- El margen de mejora es amplio, porque el problema es grave. Hoy en día afecta a aproximadamente al cincuenta por ciento de los pacientes cuando ya llevan cinco años trasplantados. Por tanto, toda mejora, por pequeña que sea, supone un avance muy importante para los pacientes.

- Desde su faceta como profesor de la Facultad de Medicina ¿cómo ve el funcionamiento del sistema formativo?

- Aquí aún tenemos que avanzar. Aunque yo creo que esta universidad, y más concretamente la Facultad de Medicina, está dando pasos muy positivos en el sentido de adecuarnos a los nuevos tiempos. Por lo tanto me parece que se está caminando en el buen sentido e incluso con cierta rapidez. Dicho esto, efectivamente hay que darle un giro a lo que es la antigua creencia de las clases magistrales y de unas prácticas sin tutores, donde el alumno no era evaluado. Ya estamos haciendo algo más eficaces en la formación de estos alumnos, y de hecho ya se están obteniendo muy buenos resultados en el MIR de aquí de Córdoba, que es un termómetro para medir la calidad de la formación que se está dando. Yo creo que eso y la incorporación del IMIBIC (Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba) van a ser un revulsivo bastante importante. Yo confío en que las nuevas generaciones salgan mucho mejor formadas que las precedentes.

- Volviendo al tema de los órganos ¿qué posibilidades reales existen en cuanto a la fabricación en laboratorio? ¿pueden ser una solución real?

- Yo creo que sí. En este tema existen bastantes avances, aunque en una fase básica, pero que muy probablemente lleven a una realidad en un tiempo medio difícil de precisar, pero que puede ser de varios lustros. Sin lugar a dudas va a ser una solución para pacientes que no siempre consiguen los órganos que necesitan.

- A lo largo de su carrera ha recibido numerosos reconocimientos por su valía, tanto profesional como personal. ¿Qué supuso para usted la consecución del premio Averroes de Oro en 2008? 

- Fue una grata sorpresa y un gran privilegio, que me llenó de emoción y que siempre llevo con humildad pero con orgullo.

- Y sobre su futura inclusión en el consejo asesor de la nueva Fundación Cajasur, ¿qué papel le corresponderá y qué beneficios cree que se podrán conseguir?

- Hemos tenido ya varios contactos y una reunión algo más formal, y yo soy muy optimista en el sentido de que muy probablemente la sociedad cordobesa, y en cierta proporción la jienense, van a verse favorecidas por el nuevo Banco que se ha hecho cargo de la caja. Me parece que en cierta medida la filosofía es muy similar a la que ya tenía Cajasur, que ha hecho obras tremendamente positivas para la sociedad. Y creo que es muy justo, y a la vez estimulante, que parte del dinero que un banco gana con los cordobeses y andaluces que depositan en él sus ahorros, revierta en la propia sociedad. Por otra parte, creo que hay en la nueva dirección un gran interés por que esto se haga de la forma más justa, más trasparente, y sobretodo más dinámica. Personalmente estoy muy ilusionado porque hay muchas cosas por hacer y estoy convencido de que se le va a dar un buen impulso a esta obra social de la nueva Fundación.

- Desde un punto de vista más general, ¿a qué retos se enfrenta Córdoba para salir de la situación actual?

- Es fundamental mantener una actitud muy activa, no estar pesimista, sino siempre alerta y trabajar, trabajar y trabajar. Creo que esas son las claves. Y por supuesto sacarle brillo a todo lo que tenemos, que es mucho y que en ocasiones somos tímidos para exponerlo y explotarlo. Se nos tiene que quitar, por una parte la inercia y por otra el exceso de timidez. Hay que mostrar Córdoba de una forma atractiva. También es muy importante que luchemos por el 2016 desde todos los ámbitos, aportar cada uno nuestro granito de arena y no pensar que lo tenemos todo hecho, sino que debemos luchar activamente para que eso sea una realidad. Si lo conseguimos, creo que el impulso para Córdoba va a ser extraordinariamente importante.