Con motivo del Día Europeo de la Logopedia, 6 de marzo, el Colegio Oficial de Logopedas de Andalucía y su Delegada en nuestra provincia, Elena Garrido Ariza, quieren aprovechar la ocasión para dar una mayor visibilidad a esta profesión tan mal tratada por las administraciones y desconocida por los usuarios ya que todavía estos profesionales son confundidos con los maestros.

La Logopedia es una profesión sanitaria, regulada en España desde 1991 y reconocida por la Ley de Profesiones Sanitarias, de obligatoria colegiación, que solo puede ser ejercida por los titulados en ella.

Son funciones de los logopedas: la detección, diagnóstico, tratamiento, asesoramiento, docencia e investigación de las personas, tanto en la población infantil como en la edad adulta, que presenten problemas en el lenguaje, habla, deglución, audición o comunicación. Estas funciones pertenecen al ámbito sanitario y por lo tanto no se realizan dentro de los Colegios. Los usuarios y sus familias tienen derecho a saber que en los colegios lo que hay son maestros de Audición y Lenguaje y que las competencias, las titulaciones y la formación que reciben son diferentes. 

 El Colegio de Logopedas de Andalucía y su Delegada en Córdoba velan contra el intrusismo que existe en esta profesión, exigiendo que los profesionales que se ocupen de la rehabilitación de sus hijos o familiares tengan la cualificación necesaria y el rigor científico que permita mejorar la calidad de vida de los asistidos 

Este año el Día Europeo de la Logopedia, 6 de marzo, el lema escogido por la CPLOL (Comité Permanente de Logopedas de la Unión Europea), ha sido Nuevos Retos para las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA). 

El TEA es un trastorno de origen neurobiológico que afecta a la configuración del sistema nervioso y al funcionamiento cerebral, dando lugar a dificultades en dos áreas principalmente: la comunicación e interacción social y la flexibilidad del pensamiento y de la conducta. 

No hay dos personas con TEA iguales; dependerá de su propio desarrollo personal y de los apoyos que pueda tener, así como de si presenta o no discapacidad intelectual asociada y también de su nivel de desarrollo del lenguaje. Acompaña a la persona a lo largo de toda su vida, aunque sus manifestaciones y necesidades cambian en función de las distintas etapas del desarrollo y de las experiencias adquiridas.

Las personas con Trastorno del Espectro del Autismo tienen dificultades para la reciprocidad socio-emocional a la hora de iniciar o responder a situaciones sociales, mantener conversaciones o compartir intereses, emociones y afecto.

Un diagnóstico temprano es necesario para el abordaje integral orientado a facilitar los apoyos individualizados, especializados y basados en las evidencias que sean más adecuados para mejorar la calidad de vida de cada persona y a sus familias. 

Las administraciones deberían adaptar los espacios públicos a las diferentes necesidades de las personas afectadas y dotando a los hospitales de Logopedas que son los especialistas encargados de llevar a cabo los tratamientos relacionados con la comunicación y el lenguaje.